Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Estoy seguro que mi artículo no va a gustar a muchos de mis hermanos(as) colombianos, ni algunos de los acérrimos críticos de los cuentos diarios a nivel nacional. Me atrevía escribir sobre Piedad Córdoba, pues en las últimas liberaciones de los secuestrados por las FARC me llamó mucho la atención la forma de cómo se desarrollaron, sin balas, ni sangre, ni tanto show.
Sobre Piedad Córdoba, no la conozco personalmente, en mi vida la había oído nombrar, ni sabía que era Senadora; sólo cuando salió a la luz pública acompañada del Presidente Hugo Chávez. Me he puesto a reflexionar de que ya es hora de que paremos las discordias, las críticas y los ataques tan personales que nos estamos haciendo entre colombianos. Un ejemplo de ello es la Senadora Córdoba. Muchos colombianos desafortunadamente le han creado un mal ambiente entre muchos de los comentarios negativos. Le llaman la aliada de Chávez, la guerrillera de las FARC, Teodora, traidora de la patria, negra metida, etc. Es el colmo lo que sucede entre hermanos(as) y a veces me da la impresión que los ataques verbales hieren y matan más que la misma guerra que estamos viviendo.
Por favor señores, con todo el respeto felicito de todo corazón a la Senadora Piedad Córdoba por arriesgar su vida a la liberación de los secuestrados, por ser una mujer valiente que por encima de muchos “súper machos colombianos” sin miedo va a la selva a dialogar con las guerrillas, se presenta en los medios de comunicación sin miedo a que la atropellen. No se sinceramente cual es su fin político, si aspira a un Nobel, a la Presidencia? Por qué no? Todos tenemos derechos a aspirar y a soñar. Es mejor producir envidia que sentirla.
Me da la impresión que muchos colombianos están manicruzados, inertes, sin hacer nada por la paz. Pero cuando alguien quiere luchar por un ideal sea como sea y con quien sea, todos allí si le caemos encima. Por los hechos los conoceréis. Senadora Córdoba, si usted sigue ayudando a liberar el resto de los secuestrados y nos lleva a una paz y a un final de la violencia y el secuestro donde las presentes y futuras generaciones disfruten del progreso y la tranquilidad y todos volvamos a ser hermanos, cuente con mi apoyo. Dejemos nuestros rencores y resentimientos y démosle de verdad un chance a la paz.
viernes, 13 de febrero de 2009
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