lunes, 27 de agosto de 2007

Sigamos trabajando por la paz

Con gran satisfacción y alegría acepte la invitación que me hizo la fundación Dei Verbum de El Salvador para que fuera el orador príncipal de la Jornada por la Paz, "Cristo es Nuestra Paz", los días del 17 al 19 de agosto en la capital San Salvador.




Me encantó el tema pues, como agente e impulsor de Multiplicadores de la Paz, esta era una gran oportunidad de compartir mis ideas, mis sueños, logros y preocupaciones de una sociedad contaminada de violencia, de desigualdad social, de un país y un continente que están pasando por momentos de desajustes morales y sociales en este siglo XXI, tan convulcionado y sin rumbo.

Según los datos de la Prensa Grafíca y El Diario de Hoy de El Salvador más de 10,000 personas se hicieron presentes en este acto multitudinario por la paz, en el Anfiteatro de la Feria Internacional en la Jornada por la Paz con motivo de la celebración del undécimo aniversario del Ministerio de Alabanza y Predicación Dei Verbum.

El mundo se ha convertido en un lugar violento e indiferente. Faltan la solidaridad y la caridad humana. Hay ausencia de paz porque han crecido el individualismo, el etnocentrismo, el materialismo, y sobre todo porque hemos sacado a Dios de nuestros corazones, del hogar, de las escuelas, del gobierno, de la sociedad, de la música, de la ciencia y del arte. Habrá paz en el mundo entero cuando devolvamos a Dios del lugar que lo hemos quitado. La paz no puede convertirse en una receta mágica.

Sera posible la Paz? Siempre la paz es posible cuando hay un pequeño sacrificio de por medio. Cristo es nuestra paz. Él renunció a la violencia, sacrificó su poder. Si yo quisiera, tengo una legión de ángeles...Pedro, guarda la espada... Cristo esta frente a dos alternativas: la espada o la cruz. Si hubiera optado por la espada, hoy los libros de la historia tendrían una guerra más, una historia bélica más. Él optó por el sacrificio. Es por eso que los libros santos dicen: "Él es Nuestra Paz" y nuestro trabajo por la paz debe continuar. Sigamos trabajando por la paz e invitemos a otros a unirse al movimiento de multiplicadores de paz.