jueves, 31 de julio de 2008

Los Juegos Olímpicos y La Paz

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Definitivamente la celebración de los juegos olímpicos que en este año se celebran en Pekín, China, deben ser el mejor ejemplo de entendimiento entre todos los países. Ojalá que los organizadores de estas olimpíadas promuevan a través de estas nobles justas deportivas, consignas a la no-violencia, a la paz, al juego limpio y al respeto de los demás.

Hay que felicitar al pueblo de China, por su organización, por la apertura y seriedad de organizar los juegos. Pero este gran país en sus avances tecnológicos y económicos, todavía tiene que demostrar que está logrando un gran esfuerzo en la defensa de los derechos humanos, en la libertad de expresión y sobre todo en la transparencia informativa.

Tenemos mucha fe y esperanza que al celebrar China los Juegos Olímpicos, se empiecen a dar grandes cambios, pero cambios reales que beneficien a los pueblos donde la gente sea mas importante que el mismo petróleo o el consumismo. Varios medios de comunicación a pesar de todo, han querido ayudar a China a mejorar su reputación sobre los derechos humanos.

El pueblo Chino tiene como prioridad abastecer de ropa y alimentos a su pueblo desde la fundación de la República Popular China en 1949. Sin ninguna duda, la tan anhelada posición sobre derechos humanos por el país, que valora los derechos de la gente e insiste en que los derechos humanos deben llegar a la mayoría de los ciudadanos, es la causa fundamental de los notables logros que el país ha conseguido en los últimos años. El rápido crecimiento económico de China ha echado los cimientos para su impresionante progreso de la paz y los derechos humanos.

Actualmente, la paz y el desarrollo siguen siendo los dos temas principales del mundo aunque existen muchos factores inciertos en el futuro inmediato. El 4 de junio se celebró el décimonoveno aniversario de la represión por el gobierno chino de las manifestaciones a favor de la democracia celebradas en la Plaza de Tiananmen de Pekín. Allí el ejército chino mató a cientos de civiles e hirió a miles más, y decenas de personas fueron detenidas. Ahora en la celebración de los Juegos, Amnistía Internacional insta a las autoridades chinas a que muestren una sensibilidad respecto a los familiares de las personas que murieron y de las encarceladas o silenciadas por ejercer su derecho a manifestarse. Una vez más los juegos, estoy más que seguro traerán paz y una apertura positiva en la defensa de la libertad y de los derechos humanos.

jueves, 24 de julio de 2008

Paso a paso conseguimos la paz

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Los últimos acontecimientos que han sucedido en Colombia nos llenan de esperanza. Sentimos vientos agradables que nos refrescan la paz del alma y que empiezan a dar alivio a nuestros hermanos que viven en nuestra sufrida patria Colombia.


Desde hace mucho tiempo, cuando con nuestra organización de “Multiplicadores de Paz,” decidimos en una de nuestras conferencias de “que todo lo que se haga para promover y concientizar sobre la paz, es de suma importancia.” Y en realidad esta es una gran verdad, pues ya empezamos a ver y a sentir resultados. Las marchas, los eventos culturales y religiosos han tenido un gran efecto.

Desde las marchas multitudinarias en que participamos en Cali y otras ciudades de Colombia, por la muerte de los 11 diputados del Valle y para que nos devolvieran los cuerpos para darles Cristiana sepultura y luego desde el 4 de febrero hasta la fecha, hemos visto que el pueblo colombiano despertó y tomó conciencia por la lucha de la paz y la libertad en Colombia.

El pueblo colombiano y amigos de la paz por fin entendieron que por más de 40 años las depredaciones y crímenes de las FARC han tenido el desarrollo en nuestra afligida pero no derrotada Colombia, destruyendo lo que otros levantaron y desalentando a inversores y gente de trabajo. Es solo después de casi medio siglo de crímenes, sedición, demagogia, desbordadas promesas y miseria humana, que nuestra gente colombiana esta reaccionando con fuerza y entereza frente a sus verdugos. Gracias a la fe puesta en Dios, a las instituciones de gobierno, a la firmeza y transparencia del Presidente Álvaro Uribe y a cada colombiano que participa en las marchas que paso a paso estamos consiguiendo la paz y la libertad de los secuestrados.