Rev. José Eugenio Hoyos
Que agradable es levantarse en las mañanas y escuchar noticias agradables, bien sea viendo la televisión, oyendo la radio o leyendo los periódicos. Noticias buenas traen acontecimientos buenos, y elevan el optimismo en las personas. Cada persona en el mundo es responsable de cambiar el aspecto tan macabro que estamos viviendo hoy en día, cada persona es responsable de que el mundo cambie, debemos ser como las auroras que irradian luz de paz, de solidaridad y de esperanza.
El novelista ruso Fiódor Dostoyevski tiene páginas de una espiritualidad cautivante. En su atormentada vida fue un inquieto buscador de la verdad y un buscador de Dios. El siguiente mensaje suyo es particularmente revelador: “Hermanos míos, amad al semejante incluso en su pecado, porque un amor así acera a Dios. Amad a toda criatura divina y a todo el universo: a cada granito de arena, cada hojita, cada rayo de luz. Amad a todas las cosas. Si así lo hacéis, comprenderéis el misterio divino de todo lo existente”.
La humanidad vive sus mejores épocas cuando la espiritualidad sentida inspira obras de servicio, justicia y hermandad. Sin Dios y sin Fe, el hombre anda a la deriva y, en un mar de incertidumbre, padece incesantes conflictos y el lúgubre reinado del odio. Volver a Dios y fortalecer con Él una relación de amistad, es el desafío que tenemos para que la noche oscura se convierta en aurora radiante. Ojalá que cada mañana te levantes con animo, sonriente, optimista y que seas luz para los demás.
¡Que seas un gran sol radiante sobre los tuyos, ánimo!
lunes, 6 de abril de 2009
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