miércoles, 24 de octubre de 2007

La Paz y las Sagradas Escrituras

Todos los Cristianos estamos llamados a ser hijos de la Paz, pues Cristo que es nuestro modelo e inspirador es el verdadero ejemplo de esa Paz. Sabemos por experiencia, desde el mundo empobrecido que la Paz es el don más necesario en nuestro mundo actual y la tarea más urgente de personas e instituciones.

Me encanta y me llama la atención la reflexión de Monseñor Nicolás Castellanos (Premio Príncipe de Asturias 1998) en su libro Utopía y Realidad: Hombres Nuevos en la edición del 2001 cuando se refiere al tema de la "Paz y el Santo Evangelio":


"La Paz es la promesa compendio de todas las promesas de Dios a la humanidad. Trabajar por la Paz es la más noble misión de la mujer y del hombre. Abrir el evangelio de la Paz es asomarnos a un "tiempo nuevo," a la "era de la Paz," donde podamos soñar un mundo auroral, fresco, inédito de futuro...; llegara un día en que comprendamos que hemos nacido para vivir juntos, en la fraternidad, en un mundo, nuevo solidario, ético, justo, libre..., en Paz."
El evangelio de la Paz puede cambiar el mundo. Con el saludo "Shalom", Jesús sana a los enfermos (Lc 8, 48) y perdona los pecados (Lc 7, 50). El testamento de Jesús es la Paz, el don de la Paz. "La Paz os doy, la Paz os dejo." (Lc 14, 27; Mt 5, 9). San Pablo habla 12 veces de la Paz, justamente con Karis: amor, gracia del espíritu (Gal 5, 22; Rom 14, 17). Existe una palabra en la Biblia que es clave, que resume el mensaje entero de Dios, por medio de Jesús de Nazaret.

El Shalom, la Paz bíblica, no se reduce al tiempo de Paz, como contraposición al tiempo de guerra. Designa, más bien, el bienestar integral de la existencia humana y el estado de la mujer y del hombre que viven en armonía con la naturaleza, con el mundo cósmico, consigo mismos, con los demás, con Dios. El Shalom quiere expresar que el hombre y la mujer están en trance de superar la manifestación del egoísmo, del individualismo, de la insolidaridad, del pecado; y que viven en la casa de Dios y comparten con los hermanos, bajo la misma higuera, el pan, el vino, la amistad, el trabajo y la esperanza de encontrar la verdad.

En definitiva el Shalom supone bendición, salud, liberación, plenitud de gozo en la cruz, comunión, participación, presencia de Dios… y sobre todo vida, y vida en plenitud, una vida digna para todos, para los empobrecidos, los excluidos, los inmigrados, los refugiados. Que la pobreza no sea mas la vergüenza de la humanidad. Todos estamos llamados a ser creadores de Paz en la conciencia del hombre y de la mujer y en las relaciones entre nosotros y los pueblos por que somos el Cuerpo de Cristo.

1 comentario:

LUIS N. FOLGAR HSF1 dijo...

Que bonito mensaje Padre. Las paz muchas veces es considerada como un ideal y se entiende como un estatus quo el cual depende del cambio o conversion de otras personas para aliniarse con el sentimiento de hermandad y paz...Sin embargo yo pienso que esa interpretacion es erronea porque si pensamos que para alcanzar la paz es necesario cambiar a las personas, estamos afirmando que hay una dependencia de un acto de conversion sobre el cual no tenemos control, de esta manera al sentirnos que no tenemos control, es muy facil culpar al mundo entero por el simple hecho de no poder cambiar para alinearse en un mismo plano para alcanzar esta anorada paz. Y asi podemos senalar a todos los culpables de la falta de paz. Pero si nos damos cuenta que el logro de ese status quo no involucra el cambio de otras personas sino nuestro propio cambio, nos damos cuenta que la paz se alcanza desde nuestro interior....aliniando nuestra propia perspectiva y nuestra experiencia humana en el plano de la paz, adoptando las normas que definen la paz. De esta manera nosotros encontramos que la paz requiere un cambio del cual SI tenemos control y que ademas depende de CADA UNO DE NOSOTROS Y DE NADIE MAS...cuando este aliniamiento se ha alcanzado, nosotros consideramos haber encontrado nuestra paz interior!!. Entonces por que es tan dificil alcanzar nuestra paz interior...?