Una vez más estoy fascinado, maravillado y feliz con la sensibilidad y generosidad de nuestra comunidad Hispana. Hace varios días la Señora Vilma Herrera y su hermano, un estudiante universitario, decidieron hacer algo positivo por las personas más necesitadas en nuestros países Latino Americanos. La idea era recoger una gran cantidad de zapatos que estuvieran en buen estado o nuevos para ser entregados a familias que por desdicha y falta de recursos económicos no pueden comprar un buen calzado.
Es triste encontrar en nuestros países personas que hasta la edad adulta han tenido sus primeros zapatos, en muchos de nuestros países nuestros niños, jóvenes y ancianos solo han conocido las alpargatas, las ginas, las chancletas o las sandalias y otros como muchos niños que encontramos en sectores indígenas, en barriadas, en tugurios con sus pies descalzos y sus dedos deformados.
Desde que empezó la campaña de solidaridad donando un par de zapatos, la gente ha tomado conciencia de que en realidad tenemos solo un par de pies y para que tantos pares de zapatos guardados en nuestros closets. Hasta ahora la gente ha respondido positivamente guardamos demasiadas cosas materiales, incluyendo ropa, adornos que permanecen guardados por muchos años y nunca utilizamos. Desde ya me imagino la felicidad de tantas familias cuando reciban este noble toque de generosidad.
Hay una ley espiritual según la cual ayudando a los otros aligeramos nuestra propia carga, el medio mas efectivo para superar las propias penas es practicar las llamadas obras de Misericordia. Esas que propone el Evangelio como muestra fehaciente de que amamos de verdad a Dios sirviendo a los demás; vestir al desnudó, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, visitar a los presos y los enfermos o socorrer a los pobres.
Es una fe activa que ilumina el mundo y no una fe de simples oraciones y ceremonias, algo que tenían muy claro santos como Santa Teresa de Jesús, a quien le gustaba repetir “obras, obras, obras quiere el Señor.” Es el mismo mensaje que acentuó Jesús al decir “no todo el que dice Señor, Señor, entrara en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial. Siéntate en un lugar tranquilo, piensa que más puedes hacer por los demás y vive una fe de obras, obras, obras...reflexiona: ¿Todos los zapatos que tienes en tu cuarto te los pones al mismo tiempo? ¡Comparte con los demás!
jueves, 15 de noviembre de 2007
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1 comentario:
The well-known American social activist Dorothy Day, founder of the Catholic Worker houses of hospitality for the homeless, always said that "the coat in your closet belongs to the poor." She was summarizing this longer quote from St. Basil: "He who takes another's clothing is called a thief, but he who fails to clothe the naked, if he could, deserves the very same name. The grain in your barns belongs to the hungry. The coat in your closet belongs to the naked. The shoes rotting in your basement belong to the barefoot. The silver hidden in boxes belongs to the needy. You sin against all those whom you are able to help, but fail to do so." Siempre tenemos la responsibilidad como Cristianos de ayudar a los demas y no guardar todos los bienes para nosotros mismos.
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