Los últimos acontecimientos que han sucedido en Colombia nos llenan de esperanza. Sentimos vientos agradables que nos refrescan la paz del alma y que empiezan a dar alivio a nuestros hermanos que viven en nuestra sufrida patria Colombia.
Desde hace mucho tiempo, cuando con nuestra organización de “Multiplicadores de Paz,” decidimos en una de nuestras conferencias de “que todo lo que se haga para promover y concientizar sobre la paz, es de suma importancia.” Y en realidad esta es una gran verdad, pues ya empezamos a ver y a sentir resultados. Las marchas, los eventos culturales y religiosos han tenido un gran efecto.
Desde las marchas multitudinarias en que participamos en Cali y otras ciudades de Colombia, por la muerte de los 11 diputados del Valle y para que nos devolvieran los cuerpos para darles Cristiana sepultura y luego desde el 4 de febrero hasta la fecha, hemos visto que el pueblo colombiano despertó y tomó conciencia por la lucha de la paz y la libertad en Colombia.
El pueblo colombiano y amigos de la paz por fin entendieron que por más de 40 años las depredaciones y crímenes de las FARC han tenido el desarrollo en nuestra afligida pero no derrotada Colombia, destruyendo lo que otros levantaron y desalentando a inversores y gente de trabajo. Es solo después de casi medio siglo de crímenes, sedición, demagogia, desbordadas promesas y miseria humana, que nuestra gente colombiana esta reaccionando con fuerza y entereza frente a sus verdugos. Gracias a la fe puesta en Dios, a las instituciones de gobierno, a la firmeza y transparencia del Presidente Álvaro Uribe y a cada colombiano que participa en las marchas que paso a paso estamos consiguiendo la paz y la libertad de los secuestrados.
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