viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Y a mi que me importan los pobres?

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Hace unas semanas estaba dando una charla sobre el impacto de la economía sobre los países pobres y la encíclica Populorum Progressio y uno de los jóvenes me dio a entender que a él no le importaban los pobres pues era un problema de ellos y que su familia había alcanzado una buena posición en la vida por el esfuerzo, la tenacidad y las ganas de trabajar y que los pobres eran pobres porque eran perezosos y no les gustaba trabajar. “Desafortunadamente la pobreza existe gracias a personas como tu,” le conteste, “pues en vez de tomar acción, crear fuentes de trabajo o dar iniciativas para erradicar la pobreza nos limitamos solamente a criticar, a cruzarnos de brazos y nunca pensar que ‘hoy tenemos, mañana no sabemos’.”

La pobreza viene desde tiempos milenarios y Cristo vino a darnos en su evangelio una esperanza de amor. En nuestras manos está la solución, no para enriquecer a los pobres pero para darles la oportunidad de una vida digna. Es por eso que me encanta la reflexión del Rev. Martin Niemöller: “Primero vinieron por los comunistas, pero a mi no me importó, porque yo nunca he sido comunista, después secuestraron a los sindicalistas, pero a mi no me importó, porque yo no soy sindicalista, enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mi no me importó, porque yo tampoco soy obrero; también detuvieron a unos estudiantes , pero a mi no me importó, porque yo no soy estudiante, luego apresaron a unos sacerdotes, pero como yo soy poco creyente, tampoco me importó nada. Ahora me llevan a mi, pero ya es demasiado tarde.” Es por eso que debemos interesarnos por la situación de la humanidad para que no sea tarde.

Foto: La celda que ocupó el Rev. Niemöller por su resistencia contra los Nazis.

1 comentario:

foratdecuc dijo...

Pero todo lo solucionará el amor. ¡El amor! la gran solución de todos los problemas de los hombres, para todos los pueblos y en todas circustancias y, por ello mismo, inaplicable a los problemas concretos...

La pobreza es a la riqueza, lo que la riqueza es a la pobreza; lo mismo.