miércoles, 30 de enero de 2008

Si Hay Miseria Continuará La Violencia

Dentro de algunos días miles de personas estaremos marchando en varias ciudades del mundo para decirle a todos los que están secuestrados que ellos no están solos, que queremos inmediatamente su libertad. Que su dolor, su frustración, su desesperación, sus lágrimas, trasnoches, caminatas por la selva, y el no saber de sus seres queridos son también nuestros sentimientos.

Da tristeza que esperáramos casi 40 años de violencia para despertar y tomar acción. En Venezuela como en Colombia fueron los jóvenes que tomaron la iniciativa. Los universitarios en Latinoamérica nos están dando una gran lección. Estos universitarios son los leoncitos del futuro. Por fin han despertado y nos están enseñando que el mundo no puede tolerar más violencia, injusticias, ni falta de sensibilidad social. No podemos tampoco seguir pidiendo y luchando por la paz y la libertad mientras la mayoría de nuestra gente en nuestros países Latinoamericanos, Africanos, y Asiáticos viven no en la pobreza sino en la miseria.

Desafortunadamente hay resentimiento y rabia de millones de personas por que no tienen futuro. No hay oportunidades de una adecuada educación, una salud básica, trabajos, vivienda, o agua potable. Sus salarios son una miseria (si es que los tienen); la canasta familiar esta en las nubes. Impresiona como en las grandes urbes, los centros comerciales están llenos a reventar de personas, pero no de clientes sino de turistas, por que la pobre gente no tiene con que comprar. Solo va, como llamamos, a vitrinear.

Y ni que decir en las casuchas en que viven y los cordones de miseria en que crecen las nuevas generaciones, y en la mayoría de nuestros gobernantes o politiqueros no suben para gobernar, sino para acabar con robar. Es por eso que hay que acabar con la corrupción. Es cierto y ojalá los nuevos gobernantes siempre tengan en su agenda: “UNA VERDADERA INVERSIÓN SOCIAL.” Hay que gobernar con los más pobres y necesitados, presentar nuevos proyectos, crear fuentes de trabajo, invitar inversionistas y darle fuerza a las cajas de ahorro y prestamos para inyectar optimismo a las pequeñas empresas, y reactivar la economía en el hogar.

Habrá paz cuando la mujer y el hombre tengan los mismos derechos y lógico cuando se respete la libertad y la dignidad de la persona. ¡NO A LOS SECUESTROS, SÍ A LA LIBERTAD!